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Auteur :

عائشة ستاسي

Datum :

Sun, Aug 14 2016

Categorie :

Jesus (PBUH) in Islam

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Develando los milagros cristianos de curación

 

Develando los milagros cristianos de curación
إزاحة الستار عن المعجزات المسيحية للشفاء

اللغة الإسبانية

        
Aisha Stacey
عائشة ستاسي


 

 

 

 

 

 

                Develando los milagros cristianos de curación            


¿Qué es un milagro de curación?

En este artículo trataremos de descubrir y explicar qué es un milagro de curación cristiano, su lugar en la historia y las diferencias entre Cristianismo e Islam.
La palabra milagro se ha convertido en un lugar común en el lenguaje actual, al punto que se utiliza a menudo para referirse a algo tan común como la buena fortuna individual. El diccionario de la RAE define un milagro como “hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino”.
A lo largo de la historia, la noción o creencia de que la oración o los cuidados de un curandero pueden curar la enfermedad, ha sido un lugar común. Estas recuperaciones milagrosas le han sido atribuidas a una miría-da de técnicas comúnmente clasificadas como curación por la fe o milagros de sanación. El término curación por la fe es más conocido en relación al Cristianismo, sin embargo es utilizado en muchas otras religiones, inclu-yendo las creencias paganas de la new age. Por ejemplo, el budismo tibe-tano siempre ha conocido y aceptado las curaciones por la fe. La práctica de la imposición de manos no solo ha sido realizada por monjes budistas, sino también por magos y médiums. En religiones basadas en la brujería o en creencias paganas, el uso de hechizos y pociones para curar requiere tener en el curandero y en los dioses y diosas que son invocados.
De acuerdo con la mayoría de las denominaciones cristianas, el término curación por la fe o milagros de sanación, se refiere a la curación que ocu-rre de forma sobrenatural como resultado de la intervención divina o de la oración, en lugar de a través de la medicina convencional. La investigación médica y científica ha demostrado que el compromiso religioso ayuda en la prevención y el tratamiento de desórdenes emocionales, enfermedades y heridas, y mejora la recuperación.  En otras palabras, las personas con una fe religiosa a veces se curan más rápido que las que no la tienen. Esto usualmente se le atribuye a una actitud optimista y a la esperanza en el fu-turo. Tristemente, a pesar de ello, algunos segmentos de la sociedad actual rechazan cualquier atención médica con la esperanza de ser sanados por virtud de su fe únicamente. Esta es una noción que es rechazada en el Islam.
De acuerdo al enfoque holístico con que el Islam aborda la salud, no hay contradicción en buscar cura tanto de la ciencia médica como de medios espirituales permitidos. El Profeta Mujámmad (Dios lo bendiga) dijo: “No hay enfermedad que Dios Todopoderoso haya creado sin que Él mismo haya creado su cura.”   Es bien sabido también que durante el Oscurantismo, el mundo musulmán mantuvo vivas las antiguas tradiciones médicas griegas, las tradujo al árabe y las desarrolló.
El Islam ve los milagros de manera distinta. Define un milagro como un acto o evento extraordinario que va en contra de las leyes de la naturaleza y que solo puede ocurrir a través de la intervención directa de Dios Mismo. Por otra parte, un milagro solo puede ser realizado por los Profetas de Dios. De modo que un evento provocado por una persona religiosa y pía no se clasifica como milagro, sino que, según el Islam, es un evento conocido como karamah. Aquí vemos que según la estimación del Islam, la curación por la fe entra en la categoría de karamahs. Sin embargo, nuestro propósito aquí no es juzgar las creencias islámicas a partir de un criterio islámico, sino mirar la curación por la fe y descubrir en qué circunstancias y con qué propósitos ocurren estos eventos.
Las raíces del movimiento cristiano actual de la sanación por la fe son claramente bíblicas. Según Joe Nickel, “en el Cristianismo, Jesús se con-virtió en una fuente de poder restaurados, produciendo un ministerio de sanación y realizando curaciones milagrosas tanto de cuerpo como de mente dondequiera que iba”. Los evangelios cristianos registran más de cuarenta actos de curación por la fe hechos tanto por Jesús como por sus discípulos.
Uno de los relatos más conocidos de curación por la fe en la Iglesia Ca-tólica es el de los milagros atribuidos a la intercesión o la aparición de la Virgen María conocida como Nuestra Señora de Lourdes en la gruta de Lourdes en Francia. La Iglesia Católica le ha dado reconocimiento oficial a 67 milagros desde que la Virgen María supuestamente se apareció por pri-mera vez en Lourdes en febrero de 1858.
Los ministerios de curación por la fe por toda Norteamérica envían a sus seguidores el mensaje irreal de que si estás enfermo o eres pobre es porque no tienes suficiente fe. En relación con este concepto, Justin Peters, un ministro evangélico de 37 años de edad que sufre de parálisis cerebral y dirige los Ministerios Justin Peters, dijo: “Dos de los deseos humanos más básicos son el de ser rico y el de ser curado,” y “si crees que Dios puede curarte solo si tienes suficiente fe, la carga recae en ti. Si no sanas, ¿qué pasa? ¿A quién vas a culpar? Por supuesto que no a Dios. Así que encima de la aflicción, está el peso tremendo de pensar que tu fe es demasiado dé-bil”. Peters supervisa las enseñanzas de los ministros de prosperidad evan-gélica como Benny Hinn, Kenneth Copland, y otros curadores por la fe que predican la riqueza y la salud como señales de fe.
En su ensayo de 2003 sobre “modernos curanderos por fe estadouni-denses”, Catie Caldwell describió un movimiento que se dispone a desbor-dar y sorprender a una población vencida por las pruebas y las tribulaciones de la vida del siglo XI. El consuelo y la facilidad que habrían de venir de la fe en Dios y Su misericordia son relegados a un milagro personal concedido solo a aquellos que se lo ganan a través de un examen humano de su nivel de fe. Ella dice: “Estos carismáticos curanderos por la fe tienen un gran número de seguidores y se centran en los individuos muy poderosos y ricos que afirman tener un poder especial y la unción de Dios para curar cualquier aflicción. Estos líderes viajan por toda la nación, atrayendo a cientos o miles a sus eventos de avivamiento. La gente acude a estos eventos buscando cura y liberación de sus dolencias visibles e invisibles. El ambiente en estos eventos es muy emotivo y los participantes afirman que el “espíritu de Dios” está presente y los está curando activamente. La representación confesional de esos eventos y entre los líderes es diversa, es un movimiento muy interdenominacional.”
Mientras que el Islam reconoce los poderes curativos del Corán y de la oración, no hay duda de que el mundo del siglo XI está más poblado que nunca con aquellos que afirman ser capaces de producir milagros y curas milagrosas. Una persona debe estar segura del lugar donde pone su con-fianza. Hay muchas personas que dicen ser curanderos, cuyas intenciones y métodos están lejos de ser puros, y peor aún, hay muchos que son franca-mente dañinos.
El creyente es animado a poner su confianza completa en Dios, sin em-bargo, esto no niega los efectos curativos de la medicina. De hecho, Dios tiene poder sobre todas las cosas, por lo tanto, tenemos que poner nuestra confianza en Él, desarrollar una relación duradera con Su libro de guía (el Corán), seguir las enseñanzas auténticas del Profeta Mujámmad y buscar una cura, dondequiera que sea. Como creyentes, somos capaces de utilizar las herramientas y métodos que nos han proporcionado Dios y el Profeta Mujámmad para tamizar la verdad de la mentira. Aquellos que caen presa de los ministerios de sanación milagrosa pueden no saber cómo detectar el ilusionismo engañoso, por lo que en la parte 2 vamos a analizar cómo se llevan a cabo estos “milagros” y el objetivo que persiguen quienes los rea-lizan, así como las mentiras y los engaños que se encuentran en los minis-terios de sanidad de hoy día.


El negocio de curar

Mentiras, engaños y fraude en ministerios cristianos de sanación
Parece que en el siglo XXI (para muchos de nosotros, el siglo arruinado) estamos acosados por pruebas y tribulaciones como nunca antes, los pobres son más pobres, los enfermos más enfermos, las enfermedades nos atacan cuando menos las esperamos y nuestros sistemas inmunitarios se ven presionados al límite. Y también, como nunca antes, la gente tiene acceso a los milagros de curación por la fe. Los cristianos ya no necesitan salir a buscar ministerios en carpas de viajeros, hoy en día es cuestión de encender la televisión o recorrer una corta distancia. ¡Incluso hay un ministerio de tipo drive through, que significa que ni siquiera tienes que bajarte de tu carro! Pero, ¿estas curas están plagadas de engaños y mentiras? Démosle una mirada a los ministerios de sanación de la actualidad.
Mientras que la curación por la fe ocurre en muchas religiones y en mu-chas partes del mundo, la mayor parte de nuestro análisis se centrará en las curaciones por la fe cristiana en los Estados Unidos del siglo XXI.
Catie Caldwell, la autora del libro Modernos curanderos por fe esta-dounidenses, resume la premisa de los ministerios de curación por la fe cuando los describe como un sistema que “intenta combinar dos campos, el religioso y el científico. Esta fusión utiliza fuerzas sobrenaturales para pro-ducir un resultado natural, físico. La curación por la fe es un movimiento carismático que proclama que el ‘espíritu de Dios’ está presente y se mueve de forma activa en los escenarios que ellos crean. Los participantes afirman realizar o experimentar ‘milagros de los tiempos modernos’ equivalentes a aquellos que realizaban Jesús y sus discípulos en los escritos del Nuevo Testamento.”
Como musulmanes nos sentimos cómodos con el hecho de que Jesús realizó milagros, como resultado directo de (y con el permiso de) Dios. Sin embargo, nuestra fe nos dice que estos milagros no pueden ser replicados hoy en día. Dios ya no nos envía profetas porque el Profeta Mujámmad es el último profeta que Dios envió. Esto no significa que Dios ya no realice milagros, muchos de nosotros consideramos que incluso el hecho de que el sol se levante cada día es un milagro. Y cualquiera que haya dado a luz o que haya asistido un parto sabe que ha sido testigo de un milagro en acción. Ahora, en la segunda década del siglo XXI, encontramos el mundo cristiano, en particular en la parte central de Estados Unidos, poblado con hombres que están en el negocio de curar. Ellos acuden a lo que denominan poderes “especiales” dados a ellos por Dios para curar al enfermo, y hacen mucho dinero con ello.
En 2008, cuando el pastor Benny Hinn visitó Australia para hacer tres presentaciones, regresó a Estados Unidos 28 horas después US$800.000 dólares más rico. Después de Australia, viajó a Nueva Zelanda a bordo de su avión Gulfstream de US$36 millones como parte de una gira mundial de 27 paradas en el que esperaba generar más de US$10 millones de dólares. Palestino, exortodoxo oriental, Hinn ha causado mucha controversia por comentarios y afirmaciones que ha hecho durante sus apariciones en televi-sión. En 1999, Hinn afirmó que Dios le había dado una visión en la que se predecía la resurrección de miles de personas muertas después de ver su programa. También es notable por profecías erradas en relación al final de los tiempos. En abril de 2001, HBO transmitió un documental titulado Un asunto de milagros, enfocado en Hinn, y el director del mismo dijo: “Si hubiera visto milagros (en el ministerio de Hinn), habría estado feliz de darles resonancia, pero en retrospectiva, pienso que ellos le causan más daño al Cristianismo que los ateos más comprometidos.”
Por supuesto, los curanderos por la fe existen en una gama amplia, desde estafadores cínicos hasta creyentes bien intencionados pero autoengañados. Sin embargo, el cambio de siglo ha engendrado celebridades de la curación por la fe que pueden atraer multitudes de seguidores. En estos reavivamientos, la curación no es un proceso sino un incidente instantáneo. En una ceremonia típica de curación por la fe, el curandero impondrá sus manos sobre el enfermo y le ordenará que sane. El individuo “curado” luego es presentado al público como prueba de un milagro.
El sordo puede repentinamente oír, el ciego puede ver, el cojo puede caminar, y las aflicciones desaparecen. Los cuerpos son transformados sin ningún tratamiento médico. Los resultados negativos siempre son explicados atribuyéndoselos a defectos personales. Cuando las curaciones por la fe han sido investigadas meticulosamente por personal calificado, no se ha encontrado evidencia alguna de curación. Incluso en Lourdes, Francia, una gruta donde la gente enferma es sanada milagrosamente por el agua, la Iglesia Católica solo ha reconocido 4 curaciones desde 1978, de más de 5 millones de personas que buscan curación allí cada año. La ciencia médica desacredita unánimemente todas las curaciones de este tipo ; sin embargo, la ciencia médica reconoce que la gente con fe religiosa a menudo se cura más rápido que quienes no la tienen. Esto normalmente se le atribuye a una actitud general de esperanza y optimismo. Entonces, podríamos decir, ¿dónde está el peligro? De acuerdo a diversas fuentes, los peligros son nu-merosos.
Se utilizan muchas tácticas para engañar a la gente crédula, incluyendo miembros falsos del público e información pasada a través de audífonos ocultos. Algunas personas parecen haberse curado, pero sus enfermedades de hecho eran psicosomáticas y la carga emocional de las reuniones de sa-nación es el lugar perfecto para curar enfermedades que tienen origen psi-cológico y no físico. Además, mucha gente cae en la euforia del momento y se siente realmente mejor, esto es particularmente cierto en circunstancias en las que el mayor síntoma es el dolor. Otras condiciones se curan naturalmente, sea que la persona asista a un evento de sanación o no.
Por otra parte, ¿qué ocurre con quienes asisten a ministerios de sanación llenos de esperanza, solo para devolverse sin haber sido curados? La gente queda lastimada, física y emocionalmente. Se han presentado casos en los que la persona ha dejado de tomar medicinas muy necesarias, con un grave detrimento de su salud. El efecto de no ser curado puede ser terriblemente decepcionante y los curanderos como Hinn han desviado las críticas culpando a los enfermos por no tener suficiente fe.
En su sitio en internet, la Sociedad Estadounidense de Cáncer afirma que “la gente que busca ayuda a través de las curaciones de fe y no son curada, pueden tener sentimientos de desesperanza, fracaso, culpa, inutilidad y depresión. En algunos grupos, le pueden decir a la persona que su fe no es lo suficientemente fuerte. El curandero y otros pueden sostener que la persona es la responsable del fracaso de su curación. Esto puede alienar y desalentar a la persona que todavía está enferma”.
Como musulmanes, creyentes en el poder absoluto e inmutable de Dios, nos puede parecer extraordinario que personas en todo el mundo cristianos puedan creer en estos hombres tan arrogantes y enfocados en lo monetario. Sin embargo, la experiencia cristiana nos advierte que no debemos confiar en amuletos, talismanes o rituales extraños para curar las enfermedades. Dios no quiere que dejemos las enfermedades y lesiones sin tratamiento, ni quiere que les paguemos a personas inescrupulosas por pociones mágicas y palabras envenenadas.
La creencia en la voluntad de Dios y la sumisión a ella es la parte más esencial de una buena atención médica. Las palabras y la recitación del Co-rán pueden curar cuerpos y mentes, así como superar enfermedades y le-siones. Sin embargo, la confianza total en Dios no niega los efectos curativos de la medicación, siempre y cuando la utilicemos de manera legal. El Profeta dijo: “No hay enfermedad que Dios Todopoderoso haya creado sin que Él mismo haya creado su tratamiento.”