Acerca del artículo

Autor :

Muhammad ibn Saleh al-Othaimeen

Fecha :

Mon, Aug 22 2016

Categoría :

Jurisprudencia

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Cómo hacer la ablución y sus beneficios. La ablución seca y pasar la mano húmeda sobre los calcetines

Cómo hacer la ablución y sus beneficios. La ablución seca y pasar la mano húmeda sobre los calcetines
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Muhammad ibn Salih Al-Uzaimin

 

2011 - 1432
 

 

 

﴿أحكام الطهارة - المسح على الخفّ والجورب﴾
« باللغة الإسبانية »

 

محمد بن صالح العثيمين

 

 

 

 

2011 - 1432
 

 
Primer Jutba:
Las alabanzas son para Al-lah, el Rey, el Inmenso, el Bondadoso, el Misericordioso, Aquel que gobierna con la verdad y juzga con la justicia, por cierto que mi Señor es infinitamente Justo. Y atestiguo que no hay nada ni nadie con derecho a ser adorado excepto Al-lah, Único, sin asociados, un testimonio que salva a quien lo diga del severo castigo; y atestiguo que Muhammad es Su siervo y Mensajero, aquel que aclaró a su nación todo lo que la beneficiará y le advirtió sobre todo lo que la llevará al castigo del Infierno, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, con su familia y compañeros, y con todos aquellos que sigan su método recto.
Procediendo:
¡Hermanos musulmanes! Teman a Al-lah, Glorificado sea, y aprendan aquellos actos de adoración que nos ha ordenado nuestro Señor, pues el mejor apoyo que encontraremos para nuestra religión y nuestra vida mundanal está en aferrarnos a la religión de Al-lah y seguir al Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él.
Al-lah nos ha ordenado purificarnos de la impureza menor (estado que anula la ablución, más adelante se explicará cuáles son estos anuladores) y mayor (tal como el coito, el contacto entre los órganos sexuales, masculino y femenino, la eyaculación, la menstruación y el puerperio). Quien quiera rezar tiene que realizar la ablución en la forma prescrita por la ley islámica: Primero pone la firme intención de realizar la ablución, después dice “Bismi Lah” (en el nombre de Al-lah), después lava sus manos hasta la muñeca tres veces, después enjuaga la boca e inspira agua por la nariz para luego expulsarla, tres veces; luego se lava completamente la cara tres veces, de una oreja a la otra y desde donde comienza el cabello hasta debajo de la barba, no tiene que ser negligente en esto. Luego lava sus brazos tres veces cada uno, desde sus manos hasta los codos –debe prestar atención a esto: no se lavan los brazos hasta los codos, sino que desde sus manos hasta los codos, pues algunas personas sólo lavan sus brazos hasta los codos, y esto es erróneo–, luego se pasa las manos mojadas por la cabeza una vez, comenzando desde la frente hasta la nuca y volviendo a la frente nuevamente; después introduce su dedo índice en la oreja y frota con el pulgar la parte exterior de la misma –ambas orejas con ambas manos–; luego se lava los pies incluyendo los tobillos tres veces cada uno.
Quien se olvide de decir “Bismi Lah” hasta haber terminado su ablución, ésta es válida; y si la recuerda durante la ablución, que la diga y continúe su ablución. Quien tenga en su mano, o en algún otro de los miembros sobre los que se hace la ablución, alguna herida que le provocaría dolor o empeoraría si se lavara, no es necesario que la lave. Si tiene puesto alguna cura o venda, esto debe ser de acuerdo a lo necesario, pues hay algunas personas que por ejemplo tiene una pequeña herida en su uña y se venda todo el dedo sin necesidad alguna, esto no es permitido, sólo se permite lo necesario, y cuando esté haciendo la ablución sólo bastará con que pase la mano mojada sobre esa venda o trapo y no hará falta que recurra a la ablución seca (taiammum) al finalizar su ablución.
La ablución se anula con la impureza: tal como flatulencias, orina, heces, comer carne de camello –todos sus tipos: el sebo, hígado, riñón, intestino, etc.–, ya sea cocinada o cruda, y el sueño profundo –en cuanto a la somnolencia o el sueño ligero en el que se sigue siendo consciente, no anula la ablución–. Quien recuerda con certeza haber realizado la ablución y duda si luego de ello se anuló, debe basarse en la certeza, que en este caso es la pureza (y quien recuerda con certeza haber anulado la ablución y duda si luego de ello realizó la ablución, debe basarse en la certeza, que en este caso es la impureza, y purificarse).
Me refugio en Al-lah de satanás, el lapidado; dice Al-lah, Glorificado sea, en el Sagrado Corán: {¡Oh, creyentes! Cuando os dispongáis a hacer la oración lavaos el rostro y los brazos hasta el codo, pasaos las manos por la cabeza y [lavaos] los pies hasta el tobillo. Si estáis en estado de impureza mayor, purificaos. Y si estáis enfermos o de viaje, o alguno de vosotros viene de hacer sus necesidades o habéis tenido relaciones con vuestras mujeres y no encontráis agua, recurrid a tierra limpia y pasáosla por el rostro y las manos. Al-lah no quiere imponeros ninguna carga, sólo quiere purificaros y completar Su gracia sobre vosotros para que seáis agradecidos} [Corán 5:6].
Que Al-lah, Glorificado sea, nos bendiga con lo que leamos y entendamos del Corán, y nos beneficie con la compresión de Sus sabios signos.
    Le pido a Al-lah, Glorificado sea, perdón por nuestras faltas. Háganlo ustedes también.

Segundo Jutba:
Alabado sea Al-lah, el Originador, el que Reproduce la creación, y que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con el Mensajero de la guía, el siervo más piadoso y temeroso, con su familia y todos sus compañeros.
¡Hermanos musulmanes! Teman a Al-lah, Alabado sea, alábenlo por habernos hecho parte de esta gran religión y este camino tan recto, sean conscientes de esta bendición al haberla hecho fácil y sencilla, pues ciertamente Él, Glorificado sea, no nos prescribió nada que no podamos cumplir, ni la dificultó ni nos puso obstáculo alguno; al contrario, el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, fue enviado con una religión monoteísta tolerante, y además de toda esta facilidad, Al-lah nos ha agraciado recompensándonos con creces, pues una buena acción vale por diez hasta y setecientas o incluso mucho más. Y Al-lah acrecienta la recompensa a quien Él quiere, Al-lah es Vasto, Omnisciente.
¡Siervos de Al-lah! Si la persona analiza esta religión, la encuentra –alabado sea Al-lah– sencilla y fácil en todos sus aspectos; por ejemplo: los actos de adoración están basados en la facilidad, pero si se presenta alguna situación que requiera de alguna concesión especial, Al-lah otorga esa concesión de acuerdo a la situación. Sabemos que Al-lah, Glorificado sea, ordenó la purificación para la oración y la hizo fácil, pues la persona purifica cuatro miembros nada más a la hora de hacer la ablución: se lava su cara y luego sus manos hasta los codos, se pasa las manos mojadas por su cabeza, y fíjense que no dice “lavar la cabeza”, sino pasar las manos mojadas, puesto que lavarla sería algo complejo, sobre todo cuando hace mucho frío y la persona tiene mucho cabello, lavarlo haría que estuviera siempre mojado y ello conllevaría a que caiga agua sobre su ropa y por ende se enfermaría; de ahí que Al-lah haya aligerado a Sus siervos este asunto y sólo les haya ordenado pasar las manos mojadas sin necesidad de lavarla. Y el cuarto miembro: lavarse los pies hasta los tobillos. Estos son los miembros que se nos ordena purificar en la ablución, ¡Qué fácil y qué gran beneficio tiene!
Si reflexionamos en esto nos daremos cuenta de que estos cuatros miembros son los que usa el ser humano para trabajar: en la cara se encuentra la vista, el olfato y el habla, en la cabeza se encuentra la audición y el razonamiento, las manos para tomar cosas y los pies para caminar. La mayoría de las acciones del ser humano se desarrollan con estos miembros, de ahí que purificarlos es una expiación para los pecados que se hayan cometido con ellos, tal como se reporta en un dicho del Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: “Cuando un siervo hace la ablución y lava su rostro, salen de su rostro con el agua todos los pecados que cometió su cara; cuando lava sus manos y pies salen de ellos todos los pecados que cometieron; y cuando pasa las manos mojadas por su cabeza, salen de su cabeza todos los pecados que cometió, hasta que queda libre de todos los pecados”; y dijo: “¿Quieren que les indique aquello por lo cual Al-lah borrará sus faltas y los elevará en categoría?” Contestaron: “¡Claro que sí, Mensajero de Al-lah!” Dijo: “Completar la ablución (lavando tres veces cada miembro, excepto cabeza y orejas, una vez solamente) a pesar de las dificultades (tal como en invierno o cuando hace mucho frío), aumentar los pasos hacia las mezquitas, y esperar la próxima oración después de haber hecho la anterior; esta es su fortaleza” (ribat: quedarse haciendo algo, se suele usar para denominar a aquellos que se quedan vigilando las fronteras de los territorios islámicos, por eso la persona que se queda esperando la próxima oración está en adoración), lo dijo tres veces.
¡Oh musulmanes! Es parte de la facilidad de esta religión el permitirse pasar las manos húmedas sobre los calcetines en vez de lavar los pies directamente; es decir, si la persona tiene puestos unos calcetines, medias o zapatos, y los vistió después de una ablución, Al-lah, Glorificado sea, por Su misericordia, le ha permitido pasar las manos húmedas sobre ellos en vez de lavarse los pies. Es permitido pasar las manos húmedas sobre ellos por 24 horas para el residente y por 72 horas para el viajero, este intervalo de tiempo comienza desde la primera vez que pasó sobre ellos las manos húmedas. Si, por ejemplo, una persona se viste los calcetines en la oración del Fayer (alba), y no pasa las manos húmedas sobre ellos hasta la oración del Duhur, tiene de tiempo para seguir pasándose las manos húmedas sobre ellos hasta la oración del Duhur del día siguiente –si es residente–, si finaliza este intervalo de tiempo y él todavía no ha anulado su ablución, sigue estando puro hasta que anule su ablución; si anula su ablución después de que finaliza este intervalo de tiempo, cuando realice la ablución tiene que lavarse los pies y ya si quiere viste de nuevo los calcetines y empieza a contar otra vez.
Aquel cuyo intervalo de tiempo ha finalizado pero ha seguido pasándose las manos húmedas sobre ellos por olvido, tiene que repetir todas las oraciones que haya realizado después que finalizó su intervalo de tiempo. Al vestir calcetines y zapatos, la persona tiene la opción de elegir sobre cuál de los dos pasa las manos húmedas, y dependiendo de su elección, el veredicto se aplica a lo que haya elegido.
Supongamos que se pasa las manos húmedas sobre los zapatos, puede seguir pasándose las manos húmedas sobre ellos hasta que finalice el intervalo de tiempo, si se los quita por algún motivo antes de que finalice el intervalo de tiempo, ha anulado su ablución y tendría que volver a lavarse los pies al realizar la ablución y recién luego vestirse los zapatos y empezar a contar otra vez. Pero si se pasó las manos húmedas sobre los calcetines y luego vistió los zapatos, no hay ningún inconveniente en que se quite los zapatos, puede seguir pasándose las manos húmedas sobre los calcetines hasta que finalice el intervalo de tiempo.
La forma en que se pasa las manos húmedas es la siguiente: debe humedecer en agua sus manos y pasar la mano derecha sobre la parte superior del calcetín o zapato derecho, desde los dedos de los pies hasta la pierna, una sola vez (y sin hacerlo por debajo o atrás), y hacer lo mismo con su mano izquierda sobre el calcetín o zapato izquierdo.
Es parte de la misericordia de Al-lah con Sus siervos el permitir –a aquel que tenga una venda, un yeso o algo parecido sobre alguna herida o rotura– que se pase la mano húmeda sobre ello en vez de lavar esa parte, tanto en la ablución como en el baño completo (ghusul), hasta que se cure; todo esto porque Al-lah quiere facilitar las cosas a Sus siervos, y para Al-lah son las alabanzas y gracias.
Otra misericordia de Al-lah con Sus siervos es el haberles legislado la purificación con tierra limpia en caso de que no puedan usar el agua, ya sea por ausencia de ésta o por algún daño resultante de su uso; así pues, quien se encuentra de viaje o en alguna otra situación y no encuentra agua o no pueda usarla debido a alguna enfermedad u otra causa, realiza el taiammum (ablución seca). Éste consiste en golpear la tierra limpia con las palmas de ambas manos una vez, luego pasa las manos por su rostro, y finalmente frota con la mano derecha la parte superior de la izquierda, y con la mano izquierda la parte superior de su derecha. Con esto habrá entrado en estado de pureza y podrá realizar las oraciones que desee, sólo se anulará con aquello que anula la ablución. Si encuentra agua o ya no teme que le cause algún daño, tiene que realizar la ablución si hizo el taiammum para algo que anuló su ablución, o tiene que realizar el baño completo (ghusul) si estaba en estado de impureza mayor. Dijo Al-lah, Alabado sea: {¡Oh, creyentes! Cuando os dispongáis a hacer la oración lavaos el rostro y los brazos hasta el codo, pasaos las manos por la cabeza y [lavaos] los pies hasta el tobillo. Si estáis en estado de impureza mayor, purificaos. Y si estáis enfermos o de viaje, o alguno de vosotros viene de hacer sus necesidades, o habéis tenido relaciones con vuestras mujeres y no encontráis agua, recurrid a tierra limpia y pasáosla por el rostro y las manos. Al-lah no quiere imponeros ninguna carga, sólo quiere purificaros y completar Su gracia sobre vosotros para que seáis agradecidos.} [Corán 5:6]
Pidan bendiciones por el Profeta Muhammad, tal como Dios se los ordena: {Ciertamente Al-lah y Sus Ángeles bendicen al Profeta. ¡Oh, creyentes! Pidan bendiciones y paz por él}; y dijo el Profeta Muhammad, sal-lahu ‘alaihi wa sal-lam: “A quien pide a Al-lah, Glorificado sea, una bendición para mí, Al-lah lo recompensa por esta acción con diez bendiciones”.
¡Oh Al-lah! Da bendiciones y paz a nuestro Profeta Muhammad, a sus familiares, a todos sus discípulos y a quienes sigan su guía de buena manera hasta el Día del Juicio. ¡Oh Al-lah! Da tu complacencia a todos los discípulos de Tu Mensajero, de quienes fueron destacados Abu Baker, Omar, ‘Uzman y ‘Ali. Complácete también con todos los seguidores de estas nobles personas, quienes siguen su guía hasta el Día del ajuste de cuentas, y con nosotros los presentes, pues Tú eres en verdad el más Clemente.
    ¡Oh Al-lah! Enaltece y dignifica al Islam y a los musulmanes, protégenos del mal de nuestros detractores, y líbranos de los problemas del encarecimiento de los productos, la propagación de enfermedades, de la usura y el interés monetario, del adulterio y la fornicación, de los terremotos, de las dificultades y las tribulaciones, y de la perversión y corrupción oculta y evidente.
¡Oh Al-lah! Perdónanos y perdona a nuestros hermanos creyentes que ya fallecieron, y no hagas que en nuestro corazón se encierre el desprecio y el odio por los que han creído en Ti como se debe. Tú eres el más Bondadoso y Misericordioso.