Provisiones para el más allá 02

Una famosa y conocida obra que explica las enseñanzas del Profeta sobre distintos actos de adoración y comportamientos.

Provisiones para el más allá, de la guía del mejor de los siervos de Al-lah



Segunda parte
Versión resumida
] Español – Spanish –[ إسباني 

ibnu Qayim al-Yauzíyah


Traducción y adaptación:
Isa García y Said Abdunur Pedraza



2014 - 1436
 
 
مختصر زاد المعاد في هدي خير العباد

الجزء الثاني
« باللغة الإسبانية »


ابن قيم الجوزية

تر جمة: محمد عيسى غار سيا
مراجعة: سعيد عبد النور بيدرازا




2014 - 1436
 
 La guía del Profeta  sobre la oración (continuación)

Luego, el Profeta  hacía el Takbir y se prosternaba sin levantar sus manos , y ponía sus rodillas en el suelo, luego sus manos  y luego su frente y nariz. Esto es lo que es correcto, la parte suya que colocaba primero en el sue-lo era la más cercana a él, luego la siguiente más cercana, y así sucesivamente. La primera parte que retiraba del suelo era la más alta y luego la siguiente más alta, por lo que primero levantaba su cabeza, luego las manos, luego las rodillas, y eso es lo contrario de lo que hace el camello, y él prohibió imitar a los animales en la oración: prohibió que uno se eche al suelo en la forma que lo hace el camello, mirando alrededor como hace el zorro, exten-diendo los brazos como lo hacen las fieras, ponerse en cuclillas  al estilo del perro, golpear el suelo como lo hace el cuervo y elevar las manos como las colas de los caballos salvajes al hacer el taslim.
El Profeta  se prosternaba sobre su frente y su nariz debajo del enrollado de su turbante, y no se ha re-portado que se postrara sobre él. Se prosternaba en la tierra, en el barro , o sobre una jumra  hecha de hojas de palmera , o sobre un jasir  hecho de lo mismo o sobre una farwa  curtida.
Cuando se prosternaba, colocaba firmemente su frente y nariz sobre el suelo  y disponía sus manos a cada lado de él, y mantenía sus brazos alejados de sus cos-tados al punto que se podía ver el blanco de sus axilas . Ponía sus manos a la altura de sus hombros y sus orejas, y estaba cómodo en esta posición, dirigiendo la punta de los dedos de sus pies hacia la quibla, y ponía las manos y dedos planos sobre el suelo sin abrirlos ni apretarlos. Mientras estaba postrado, decía:
Glorificado sea mi Señor, el Altísimo.
Y también decía:
¡Oh, Dios, Señor nuestro, Tuyas son las ala-banzas, ¡Oh, Al lah, perdóname!
Y decía:
Glorificado, Santísimo, Señor de los ángeles y del Espíritu [el ángel Gabriel ].
Y decía también:
¡Oh Al lah! Por Ti me he prosternado, en Ti he creído, a Ti me he sometido. Mi rostro está postra-do ante el Uno que lo creó y le dio forma, y luego le otorgó su oído y su vista. ¡Bendito sea Al lah, el mejor de los creadores!
Y también decía:
¡Oh Al–lah! Perdona todos mis pecados: el me-nor y el mayor, el primero y el último, el evidente y el oculto.
Y decía:
¡Oh Al lah! Perdona mis errores y mi ignorancia y mi derroche, que Tú conoces mejor que yo. ¡Oh Al lah! Perdona mis errores graves y los que cometí en broma, mis errores intencionales y no intencionales, y todos los que están en mí. ¡Oh Al lah! Perdona mis pecados en el pasado y en el futuro, y aquellos que oculté y los que cometí abiertamente. Tú eres mi Dios y nadie tiene derecho a ser adorado sino solo Tú.
El Profeta  les ordenó a los compañeros  que se esforzaran mucho en la súplica durante la prosternación, diciendo: «Así es mucho más merecedora de ser respon-dida.»
Luego, levantaba la cabeza diciendo «¡Al lahu ákbar!» sin levantar sus manos , y luego se sentaba en posición muftárich (مفترش), es decir, colocando el pie iz-quierdo en el suelo y sentándose sobre él, con el pie de-recho en posición vertical, y poniendo sus manos sobre los muslos y el borde de la mano (derecha) en la rodilla, cerrando el puño y haciendo un círculo con los dedos pulgar y corazón, y levantaba el dedo índice y suplicaba con él, moviéndolo (hacia arriba y abajo) diciendo:
¡Oh, Al lah! Perdóname, ten misericordia de mí, guíame y sostenme.
Así es como fue descrito por Ibnu Abás  del Pro-feta . Judaifa (حذيفة)  reportó de él que decía:
¡Señor mío! ¡Perdóname!
Luego se ponía de pie levantándose sobre las pun-tas de sus pies y apoyándose en sus muslos.
Una vez estaba de pie, comenzaba a recitar y no observaba un silencio como hacía al iniciar la oración, luego rezaba el segundo raká     igual que el primero, ex-cepto en cuatro cosas: (i) el corto período de silencio (ii), la apertura de la oración, (iii) el takbir de apertura y (iv) la prolongación de la misma. Luego, cuando se sentaba para el tacháhud (تشهد‎), ponía su mano izquierda en el muslo izquierdo y la derecha sobre el derecho, y apunta-ba con su dedo índice (derecho) y no lo levantaba mucho ni lo bajaba, sino que lo inclinaba ligeramente y lo movía, cerrando el dedo meñique y el anular, y haciendo un círculo con el dedo medio y el pulgar, levantando el dedo índice y suplicando con él y fijando en él su mirada, y extendía la palma izquierda de manera relajada. En cuanto a la descripción de la forma como se sentaba, era igual que la misma entre prosternaciones, como ya fue mencionado.
Respecto al jadiz de Ibnu Az-Zubair (ابن الزبير) narrado por Múslim: «Cuando él se sentaba en la oración, ponía su pie izquierdo entre el muslo y la espinilla, dejando plano su pie derecho,» esto era en el tacháhud final. Ibnu Az-Zubair dijo que él dejaba su pie derecho plano, mien-tras que Abu Jumaid (أبو حميد الساعدي) dijo que él lo levantaba, pero esto no es una diferencia de opinión —y Al lah sabe más— pues solía sentarse en él, de hecho lo empujaba fuera hacia su lado derecho, quedando entre plano y le-vantado. También se dijo: Él hacía esto y aquello, y lo levantaba, y a veces podía dejarlo plano. Y esto era lo más relajado para el pie.
Él siempre hacía el tacháhud sentado de esta ma-nera, y enseñó a sus compañeros  a decir:
Todos los elogios, oraciones y buenas cosas son para Al lah. La paz sea contigo, ¡Oh, Profeta!, y la misericordia y las bendiciones de Dios. Que la paz sea con nosotros y con los siervos piadosos de Dios. Atestiguo que no existe divinidad excepto Al lah y atestiguo que Mujámmad es Su siervo y Su mensajero.
Lo hacía muy ligero, como si estuviera rezando so-bre una piedra caliente. No se ha transmitido de él ningún jadiz en el que él haya enviado jamás bendiciones hacia sí mismo y su familia en el tacháhud , ni buscó en él refugio del castigo de la tumba, ni del castigo del Fue-go, ni de las pruebas de la vida y de la muerte, ni de la prueba de al Masijud Dayal , y si alguien lo recomendó solo fue debido a su entendimiento de evidencias genera-les que difícilmente se refieren al tacháhud final .
Luego se ponía de pie diciendo: «¡Al lahu ákbar!», sobre las puntas de sus dedos de los pies y sobre sus ro-dillas, apoyándose (con sus manos) en los muslos.
En Sajij Múslim y en algunos reportes de Al-Bujari se menciona que él levantaba sus manos en este punto, luego recitaba solo la sura La Apertura, y no se ha con-firmado que él recitara nada más en los dos rakás fina-les.
No fue parte de su guía mirar de aquí para allá du-rante la oración, y en Sajij Al-Bujari se informa que se le preguntó al respecto, y dijo: «Eso es robo, así Satanás le roba la oración al siervo.» A veces, el Profeta  lo hacía en la oración debido a alguna circunstancia anormal, pero no era una acción habitual en él, como cuando miró hacia el paso de la montaña a donde envió al explorador —y Dios sabe más. Después del tacháhud y antes del taslim, él suplicaba y les ordenó a sus compañeros  que hicieran lo mismo, en el jadiz de Abu Huraira y en el jadiz de Fadala (فضالة) .
En cuanto a la súplica después del taslim mientras se está orientado hacia la quibla o hacia aquellos que lideraron la oración, no hay base para ello en sus enseñanzas . En general, el Profeta  solo realizaba las súplicas conectadas con la oración durante la oración, y ordenó a sus compañeros  que hicieran lo mismo, y eso es lo que conviene a la situación del orante, porque está próximo a su Señor, y una vez hace el taslim, eso se pierde.
Luego, hacía el taslim hacia su derecha, diciendo:
Que la paz de Al lah y Su misericordia sean con ustedes.
Luego hacía lo mismo hacia su izquierda. Esta era su práctica acostumbrada, pero se ha narrado que hacía un taslim hacia el frente, aunque esto no está confirma-do.  El mejor jadiz que existe sobre este asunto es el de Aicha , que está en los sunan, pero se refiere a levan-tarse a rezar durante la noche y tiene cierta debilidad en él, pues no afirma claramente que él hiciera solo un tas-lim.
Él suplicaba durante sus oraciones diciendo:
¡Oh, Al lah! Busco refugio en Ti del castigo de la tumba y busco refugio en Ti de la prueba del falso Mesías, y busco refugio en ti de la prueba de la vida y de la muerte. ¡Oh, Al lah! Busco refugio en ti de los pecados y de las deudas.
También decía en sus oraciones:
¡Oh, Al lah! Perdona mis pecados y amplía pa-ra mí mi morada, y bendíceme en aquello con lo que me sostienes.”
Y decía:
¡Oh, Al lah! Te pido que me hagas firme en Tu religión y me hagas constante en integridad, y Te pido que me hagas agradecido por Tus bendicio-nes y haz que te adore en la mejor de las formas, y Te pido un corazón sano y una lengua veraz, y Te pido que me des lo que sabes que es bueno, y busco refugio en Ti de lo que sabes que es malo, y Te pido me perdones todo lo que sabes de mí.
Todas las súplicas (en la oración) que se han pre-servado están en la forma de la primera persona del sin-gular.
Cuando él se paraba para rezar, bajaba su cabeza, según el Imam Ájmad, y cuando hacía el tacháhud no miraba más allá de su dedo índice. Dios hizo que hallara alegría y paz en la oración. Solía decir: «Bilal, alégranos con la oración.»  Pero esto no evitó que observara a quienes lideraba en la oración, a pesar de la presencia completa de su corazón en la oración.
El Profeta  solía comenzar la oración deseando hacerla prolongada, pero si escuchaba el llanto de un niño la acortaba, para que no fuera una carga para su madre.
En cierta ocasión ofreció una oración obligatoria sosteniendo a Umama (أمامة) , su nieta, en su hombro; cuando se levantaba, la alzaba, y cuando se inclinaba o postraba, la ponía en el suelo.
En otra ocasión oró y Al-Jasan (الحسن بن علي) y Al-Jusain (الحسين بن علي)  se subían sobre él, así que él prolongaba su prosternación pues no quería tirarlos de su espalda.
Una vez se encontraba rezando y llegó Aicha  y él le abría la puerta y luego regresaba a su lugar de oración. Y también respondía los saludos de paz haciendo una seña con su mano.
En cuanto al jadiz que dice «quien fuera señalado por él (con su mano) durante su oración, debía repetirla», no tiene base.
El Profeta  suspiraba durante su oración, según el Imam Ájmad, y lloraba durante ella, y se aclaraba la garganta cuando era necesario. A veces rezaba descalzo y a veces con zapatos . Y les ordenó a sus compañeros  que rezaran con zapatos a fin de diferenciarse de los judíos. A veces oraba vistiendo una sola prenda, y a veces dos prendas, y esto último era lo más común.
El Profeta  hizo cunut  en la oración del fáyir du-rante un mes y luego lo dejó, y su cunut se debía a algu-nas circunstancias temporales, y cuando estas cesaban, él lo dejaba. Su guía fue realizar cunut debido a algunas calamidades en particular y solo durante la oración del fáyir.    De hecho, la mayoría de las veces que hizo cunut fue en el fáyir debido a que está prescrito que sea extenso y debido a que está cerca del sujur  y del momento en que la súplica es respondida y del Descenso de Dios .
Se ha confirmado que el Profeta  dijo: «Yo no soy más que un ser humano como ustedes: Olvido cosas igual que ustedes, así que si me olvido de algo, recuér-denmelo.»  Y su olvido fue parte del Favor (de Dios) para con Su comunidad y la perfección de Su religión, a fin de que ellos lo emularan, pues él se levantó después de orar dos rakás de una oración de cuatro rakás, y cuando terminó su oración, se postró antes de hacer el taslim, de lo que se deduce que quien deje una parte de la oración que no sea un pilar, debe postrarse por ello antes de hacer el taslim. También se ha tomado de algunas fuen-tes que si él olvidaba algo así y había ya comenzado un pilar, no regresaba a ello. Y él hizo el taslim después de rezar dos rakás de una de las oraciones de la tarde, luego habló, después la completó, luego hizo el taslim, y des-pués se prosternó y luego hizo el taslim (de nuevo).
El Profeta  rezó e hizo el taslim y terminó faltando un raká de la oración, y Talja (طلحة)  le dijo: «Se te olvidó un raká», así que él  entró a la mezquita y le ordenó a Bilal (بلال بن رباح‎)  que hiciera el icama, entonces la gente rezó un raká .
Y rezó cinco rakás en la oración del dújur y le dije-ron: «Has rezado cinco». Entonces, se postró después de hacer el Taslim .
Y rezó tres rakás en la oración del áser, luego entró a su casa y la gente le recordó, así que salió y rezó un raká con ellos, luego hizo taslim, luego se prosternó y luego hizo taslim (de nuevo) .
Esto es todo lo que se ha reportado de él (respecto a este tema) y hay cinco situaciones.
No fue parte de su guía cerrar sus ojos durante la oración, y esto no era del agrado de Ájmad y otros. Algu-nos eruditos lo permitieron, pero la opinión correcta es que mantenerlos abiertos es lo mejor si no disminuye la concentración necesaria de la oración, pero si esto impide que logre concentrarse debido a la presencia de adornos y otras cosas (que distraigan al orante), entonces no les desagradaba que los cerraran.
Después de hacer el taslim, buscaba el perdón de Al-lah tres veces (diciendo «busco perdón en Al lah»), y luego decía:
¡Oh, Al lah! Tú eres la paz y de Ti viene la paz, eres el Santísimo, Dueño de la Majestad y del Honor.
Y no se quedaba orientado hacia la quibla más de lo que le tomaba decir esto, sino que se apresuraba a darse vuelta hacia los orantes.
Luego volteaba hacia su derecha y hacia su iz-quierda, luego miraba hacia los orantes enfrente de él y no señalaba hacia ninguna dirección en preferencia a las demás.
Cuando rezaba la oración del fáyir, permanecía en el lugar en que había orado hasta que el Sol se había le-vantado por completo.
Al final de sus oraciones obligatorias, decía:
No existe divinidad excepto Al lah, solo, sin copartícipes ni asociados, Suyo es el Domino y para Él son todas las alabanzas y los agradecimientos, y Él es Omnipotente .
¡Oh, Al lah! No hay quien pueda negar lo que otorgas, ni quien pueda otorgar lo que niegas, y las posesiones no pueden beneficiar a su propie-tario ante Ti, y no hay fuerza ni poder sino solo en Al lah; no existe divinidad excepto Al lah y no adoramos sino solo a Él. Todas las bendiciones y recompensas son Suyas y todas las hermosas alabanzas son debidas a Él; nadie tiene derecho a ser adorado sino solo Al lah, con sinceridad hacia Él en la religión, aunque los politeístas la detesten .
E instó a la gente a decir al final de las oraciones obligatorias Subjana Al lah  treinta y tres veces, Aljamdu lil lah  treinta y tres veces, Al lahu ákbar treinta y tres veces, y completar el ciento diciendo:
No hay divinidad excepto Al lah, solo, sin copartícipes, Suyo es el Dominio, todas las ala-banzas y todos los agradecimientos son para Él, y Él es Omnipotente .
Ibnu Jibán  reportó en su Sajij, de Al-Járiz Ibnu Múslim (الحارث بن مسلم‎) , que él dijo: «El Mensajero de Dios  dijo: “Si ofrecen la oración del fáyir, antes de comenzar digan ‘¡Oh, Al lah! Protégeme del Fuego’ siete veces, y si mueren durante ese día, Dios ordenará para ustedes protección contra el Fuego, y si ofrecen la oración del mágrib, antes de comenzar digan ‘¡Oh, Al lah! Protégeme del Fuego’ siete veces, y si mueren durante esa noche, Dios ordenará para ustedes protección contra el Fue-go.”»
Si rezaba hacia una pared, dejaba la distancia su-ficiente como para que una oveja pasara entre él y la pa-red  y no se paraba lejos de ella; de hecho, les ordenó a sus compañeros  que se ubicaran cerca de la sutra . Si rezaba hacia un palo, pilar o árbol, lo ubicaba ligera-mente hacia su derecha o su izquierda y no se paraba directamente frente a ello . Plantaba su lanza durante sus viajes o estando en el desierto, y rezaba hacia ella, y esa era su Sutra. Y ponía el camello que montaba y reza-ba hacia él, y tomaba la silla de montar, la ponía derecha y rezaba hacia el final de la misma. El Profeta  ordenó a los orantes rezar hacia una sutra, aunque fuera una fle-cha o un palo, y si no encontraban nada de esto, debían dibujar una línea en el suelo. Si no había sutra, se ha informado que dijo al respecto: «Una mujer, un burro y un perro negro (que pasan frente al orante) rompen la oración.» Cualquier cosa que contradiga esto es auténtica pero no es clara, o es clara pero no es auténtica. Él rezaba mientras Aicha  estaba durmiendo en su quibla (es decir, frente a él), pero eso no es lo mismo que una per-sona que pase frente al orante, pues es ilícito que una persona pase frente a un orante, pero para él  no era desagradable quedarse frente a alguien que estuviera orando.
Él rezaba siempre diez rakás mientras estaba en casa, y es respecto a eso que Ibn Úmar  dijo:
He seguido observando la realización de diez rakás, que aprendí del Mensajero de Dios : Dos rakás antes del dújur y dos después de él, dos rakás después del mágrib y dos rakás después del icháa en su casa, y dos rakás antes de la oración del fáyir.
Si olvidaba los dos rakás antes de la oración del dújur, los hacía en el momento en que es prohibido rezar antes del áser. A veces ofrecía cuatro rakás antes de la oración del dújur. En cuanto a los dos rakás antes del mágrib, está reportado que él dijo: «Recen dos rakás antes del mágrib» y lo repitió tres veces; después de la tercera vez, dijo: «todo aquel que lo desee», pues no quería que la gente lo tomara como una suna . Esta es la opinión correcta, que son recomendados y no una suna regular.
En general, él ofrecía las oraciones suna y supere-rogatorias por las que no había una razón, en su casa, en especial la suna del mágrib, y no hay registro de que la haya hecho en la mezquita jamás, pero a veces hacía (las otras oraciones suna y supererogatorias) en la mezquita. Y su observancia de la suna del fáyir era más estricta que la de todas las oraciones supererogatorias y nunca dejó de observarla, al igual que la oración del wíter, sin importar si estaba en casa o viajando, y no se ha repor-tado que haya ofrecido ninguna oración suna más que estas cuando estaba de viaje.
Los eruditos de la jurisprudencia islámica han te-nido diferencias de opinión sobre cuál de ellas es la más fuertemente confirmada; la suna del fáyir es el primer acto del día y el wíter es el último, es por ello que él las ofrecía recitando las dos suras de la sinceridad (ijlas) , puesto que ellas combinan taujid  de conocimiento y taujid de acción, taujid de conocimiento (de Dios) y taujid de la voluntad (de Dios), taujid de creencia y de intención (del siervo). Así que «Di: “Él es Al lah, Uno”» (Corán 112:1) incluye la Unidad que niega toda forma de chirk, que debe ser confirmada por Él , y la negación de engendrar o ser engendrado, lo que confirma la integridad de Su autosuficiencia y Su libertad de todas las necesidades, y Su Unicidad y la negación de que haya algo similar a Él, y que incluye la afirmación de Su perfección total y la negación de toda imperfección en Él  y la invalidez de afirmar que haya algo similar, igual o comparable a Él en Su perfección, y la negación de toda forma de chirk. Estos principios fundamentales combinan (todos los aspectos del) taujid de conocimiento, y quien se aferra a ellos se diferencia de todas las sectas desviadas y de los politeístas. Por esta razón, se dice que la sura El monoteísmo puro es equivalente a un tercio del Corán, ya que gira en torno a dos puntos principales: Información y normas; normas de tres tipos, (i) orden o mandamiento, (ii) negación y (iii) permisibilidad, mientras que la información es de dos tipos, (i) información sobre el Creador , Sus nombres y atributos y Sus juicios, y (ii) información acerca de Su creación (los humanos, los yinnes, los animales, la Tierra, el Paraíso, el Infierno, el Universo, etc.), y la sura El monoteísmo puro se concen-tra en información sobre Él  y sobre Sus nombres y atributos, y por ello es equivalente a un tercio del Corán y purifica a quien la recita del chirk en asuntos de cono-cimiento, al igual que la sura «Di: “¡Oh, incrédulos!» (Corán 109:1) purifica del chirk en los actos, y ya que el conocimiento precede a la acción y es el que la lidera, dirige y controla, «Di: “Él es Al lah, Uno”» equivale a un tercio del Corán, y ya que el chirk en los actos es causado por personas que siguen sus propios caprichos y fantasías, y muchos de ellos los siguen a pesar de saber que son perjudiciales (y erradicar esto es más difícil que erradicar el chirk en materia del conocimiento, que puede ser eliminado por las evidencias y apelando a la razón, y no es posible para la persona que sostiene tales ideas saber algo que claramente va contra ellas), esta es la razón del énfasis y la repetición de «Di: “¡Oh, incrédulos!», y es por esto que él  las recitaba en los dos rakás de tawaf , puesto que el jayy es uno de los signos del taujid, y las obras del día comienzan con ellas y las obras de la noche terminan con ellas.
Él  se recostaba sobre su lado derecho después de ofrecer la suna del fáyir , y con respecto a esta acción hay dos facciones que sostienen opiniones extremas: Una de ellas es de los dahirís , y afirma que es obligatorio hacerlo, mientras que otro grupo lo menciona diciendo que es una innovación. El Imam Málik y otros sostienen la opinión intermedia, considerando que no hay objeción si una persona quiere hacerlo para descansar, siempre y cuando no lo haga como suna.  
La guía del Profeta  sobre la oración        nocturna
Él nunca abandonó la oración nocturna, ya fuera que estuviera en casa o viajando, y si el sueño o la en-fermedad lo vencían, ofrecía doce rakás durante el día, y escuché al Sheij Al-Islam Ibnu Taimiya decir: «En esto hay evidencia de que las oraciones del wíter no se pueden recuperar pues ya ha pasado su tiempo, al igual que la oración de saludo a la mezquita, las oraciones de eclipse y las oraciones de la lluvia, ya que la intención del wíter es que sea la última oración de la noche. Y su oración nocturna consistía en once o trece rakás.» Hay consenso respecto a los once rakás, pero existe diferencia de opinión respecto a los dos rakás finales, sobre si eran los dos rakás del fáyir o algo distinto.
Si esto se le agrega al número de rakás obligatorios y a las oraciones suna que rezaba, el número total de rakás que ofrecía regularmente llega a cuarenta; estos son los que él  ofrecía habitualmente y nada adicional a ello es una oración regular.
Por lo tanto, es deseable que el siervo sea consis-tente en el ofrecimiento de estas oraciones prescritas, de manera continua hasta su muerte, pues ¿cuán rápida es la respuesta y cuán rápidamente es abierta la puerta a quien la toca cuarenta veces todos los días y noches? Y Dios es Al-Mustaán .
Cuando se despertaba después de una noche de sueño, él  decía:
No existe divinidad excepto Tú, ¡Gloria a Ti! ¡Oh, Al lah! Te pido perdón por mis pecados y pido Tu misericordia. ¡Oh, Al lah! Aumenta mi conocimiento y no permitas que mi corazón se desvíe de la verdad después que me has guiado, y otórgame Tu misericordia, Tú eres en verdad El Dadivoso.
Si se despertaba del sueño, decía:
Alabado sea Al lah, Quien nos ha otorgado la vida después de habernos hecho morir (es decir, dormir), y hacia Él retornaremos.
Luego limpiaba sus dientes con miswak  y recitaba diez versículos del final de la sura La familia de Imrán, desde Sus palabras:
En la creación de los cielos y de la Tierra.
Luego hacía ablución para rezar dos rakás ligeros, y les ordenó a sus compañeros  que hicieran lo mismo, en el jadiz de Abu Huraira . Él  se levantaba a rezar cuando la noche iba a mitad de su curso, o un poco antes o un poco después. A veces los hacía separados, y a veces todos juntos, y hacía principalmente esto último. Cuando los hacía separados, los hacía de la forma descrita por Ibnu Abás : «Después de ofrecer dos rakás, se detenía y dormía. Hacía esto tres veces durante seis rakás, limpiando cada vez sus dientes con el miswak y haciendo ablución, realizando luego la oración del wíter consistente en tres rakás.» Su oración del wíter tomaba diversas formas: A veces la rezaba de esta manera, y otras ofrecía ocho rakás, haciendo taslim después de cada dos rakás, luego ofrecía una oración de wíter de cinco rakás en sucesión, ininterrumpidamente, y no se sentaba sino en el último raká. En otras ocasiones, ofrecía nueve rakás, rezando ocho de ellos en sucesión, y no se sentaba sino en el octavo raká, cuando se sentaba y mencionaba a Dios, Lo alababa y Le suplicaba, luego se levantaba sin hacer taslim y ofrecía el noveno raká, luego se sentaba y hacía tacháhud y luego hacía taslim. Después de hacer el taslim, ofrecía dos rakás. Y a veces ofrecía siete rakás en la misma forma de los mencionados nueve rakás, luego ofrecía dos rakás después de estar sentado. Y a veces ofrecía estos dos a la vez y luego hacía la oración del wíter de tres rakás, sin separación entre ellos. Esto fue narrado por Ájmad de Aicha , quien dijo: «Él ofrecía una oración de wíter consistente en tres rakás sin separación entre ellos.» Pero hay cierta duda al respecto. En Sajij Ibnu Jibán está reportado de Abu Huraira  en una forma marfua, que él  dijo: «No ofrezcan wíter como una oración de tres rakás, sino de cinco o siete, y no hagan que parezca la oración del mágrib.» Ad-Daracutni dice: «Todos los hombres en su cadena de narradores (isnad) son confiables.» Jarb (حرب) dijo: «Se le preguntó a Ájmad acerca del wíter y dijo: “uno debe hacer el taslim después de dos rakás, y si uno no hace taslim, espero que eso no le cause daño, aunque el taslim está más fuertemente confirmado del Profeta .”» Y en la narración de Abu Tálib (أبو طالب), él dijo: «La mayoría de los jadices y los más fuertes entre ellos confirman que él ofrecía un raká y eso es lo que yo sigo.»
Él también rezaba como narró An-Nasaí de Judaifa , quien dijo que él rezó con el Mensajero de Dios  en las oraciones de Ramadán, y él se inclinó y dijo durante su rukú: «Glorificado sea mi Señor, el Grandioso», duran-te el mismo tiempo que estuvo de pie. También se men-ciona en el jadiz    que él solo había rezado cuatro rakás cuando llegó Bilal y lo invitó a cenar. Así que hizo el wíter al comienzo de la noche, en medio de ella y al final de ella. Y una noche se levantó a rezar y recitó un versículo que repitió una y otra vez hasta la mañana:
Si los castigas, lo haces con derecho, pues son Tus siervos; pero si los perdonas, Tú eres el Poderoso, el Sa-bio.
Y sus oraciones nocturnas eran de tres tipos: (i) De pie (que era el más común), (ii) sentado y (iii) recitando sentado y luego, cuando quedaba poco de su recitación, de pie e inclinándose estando de pie. Y se ha confirmado de él que a veces ofrecía dos rakás después del wíter es-tando sentado, y cuando quería inclinarse, se ponía de pie y se inclinaba.
Esto confundió a muchas personas, porque se han imaginado que contradice el dicho del Profeta : «Hagan que el final de sus oraciones en la noche sea el wíter.» Ájmad dijo: «Yo no lo hago, pero no le prohíbo a nadie que lo haga.» Él dijo: «Málik lo desaprobaba, pero la opinión correcta es que el wíter es un acto de adoración separado, por lo que los dos rakás después de él mantie-nen la misma posición de la suna del mágrib y completan el wíter.»
No se ha reportado que hiciera cunut en el wíter, excepto en el jadiz narrado por Ibnu Máyah; el Imam Ájmad dijo: «No se ha narrado nada del Profeta , pero Úmar  hacía cunut de vez en cuando.»
Y Ájmad y los compiladores de los Sunan narraron el jadiz de Al-Jasan Ibnu Ali (الحسن بن علي) , del que dijo Tir-midi: «Es un jadiz jasan (حسن) [es decir, bueno], no sabe-mos de nadie que lo haya reportado excepto por esta fuente, del jadiz de Abul Jauráa As-Sadí (أبو الحوراء السعدي).»
El cunut en el wíter fue reportado por Úmar, Ubái e Ibnu Masud (ابن مسعود) . Abu Dawud y An-Nasaí mencio-naron en el jadiz de Ubái Ibnu Kab (أبي بن كعب)  que el Men-sajero de Dios  recitaba en el wíter: «Glorifica el nombre de tu Señor, el Altísimo» , «Di: “¡Oh, incrédulos!”»  y «Di: “Él es Al lah, Uno”» , y después de hacer el taslim, decía: «Glorificado sea el Rey, el Santísimo,» tres veces, prolon-gando y levantando su voz en la tercera repetición. Él recitaba la sura de manera lenta y agradable, tanto que era más larga de lo normal. Y lo que pretende el Corán es que se reflexione sobre él, se intente comprenderlo, actuar en consecuencia, recitarlo y memorizarlo a fin de alcanzar sus significados, como dijo uno de los salaf : «El Corán fue revelado a fin de que se obre según él, así que obra acorde a su recitación.» Chubá (شعبة) dijo: «Abu Yamra (أبو جمرة) nos dijo: “Le dije al hijo de Al-Abás : ‘Soy una persona que recita muy rápido y puedo recitar el Corán una o dos veces en una noche.’ Ibnu Abás  dijo: ‘Recitar una sura es más placentero para mí que lo que tú haces, así que si debes recitar, hazlo de forma que tus oídos puedan escuchar la recitación y tu corazón pueda retenerla.’”» Ibrahim (إبراهيم‎) dijo: «Alcama (علقمة) le recitó a Abdulá (عبد الله) y él dijo: “Recita lenta y agradablemente, que mi madre y mi padre sean tu rescate, pues esa es la belleza del Corán.”»
Y Abdulá Ibnu Masud  dijo: «No balbucees como el balbuceo de la poesía cuando se recita el Corán, y no dejes que las palabras caigan del modo en que caen los dátiles de la palmera cuando es sacudida, y detente en sus milagros y mueve los corazones de esta manera, y no dejes que el objeto de ninguno de ustedes sea el final de la sura.» Y dijo: «Si escuchas las palabras de Al lah “¡Oh, creyentes!”, entonces escucha, pues ello es una prosternación»:
Mi rostro se ha postrado ante Aquel que lo creó y le dio forma, y luego le otorgó su oído y su vista por Su fuerza y Su poder .
Y no se ha reportado de él  que dijera «Al lahu ákbar» cuando se levantaba de esta prosternación, ni que realizara el tacháhud ni hiciera taslim, nunca. Y se reportó de él que se prosternó en: «Álif. Lam. Mim», La revelación , en «Sad» , en «¡Lee!» , en La estrella  y en «Cuando el cielo se resquebraje» . Abu Dawud reportó de Amrú Ibnul Aas (عمرو بن العاص)  que el Mensajero de Dios  le enseñó quince prosternaciones, incluyendo tres en al-Mufasal y dos en sura La peregrinación. En cuanto al jadiz de Ibnu Abás  en el que se afirma que el Mensaje-ro de Dios  no se postraba en al-Mufasal después que emigró a Medina, es un jadiz débil que contiene en su cadena de narradores a un Abu Cudama Al-Járiz Abu Ubaid, y sus jadices no deben citarse como evidencia. Este jadiz fue declarado muálal  por Ibnul Catán debido a Mátar Al-Wárrak (مطر الوراق), de quien dijo: «Su falta de memoria era similar a la de Mujámmad Ibnu Abdur Rajmán Ibnu Abi Laila (محمد بن عبد الرحمن بن أبي ليلى). Múslim ha sido criticado por narrar sus jadices, pues ha seleccionado algunos de ellos.» Pero no hay pecado en Múslim por na-rrar sus jadices, puesto que él seleccionó de los jadices de este tipo los que él sabía que habían sido correctamente memorizados, del mismo modo que abandonaba un jadiz narrado por una persona confiable que se sabía que había cometido errores en él. Algunas personas declaran todos los jadices de esas personas confiables como auténticos, mientras que otros rechazan todos los jadices de una persona con mala memoria. El primero es el método de Al-Jákim y similares, mientras que el último es el método de Ibnu Jazm (ابن حزم) y similares. Y el método de Múslim es el método de los imames de esta religión.

Provisiones para el más allá 02

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