Eric Schrody, Ex-Católico, USA

Eric Schrody, Ex-Católico, USA


(parte 1 de 2)

La música Rap ha sido muy influenciada por la religión del Islam. Con grupos como Public Enemy rapeando acerca de respeto hacia la Nación del Islam, a personas como Q-Tip de una tribu llamada Quest abrazando el Islam, la religión parece ser un tema recurrente en el género, impactando con sus letras y vivencias. Un artista más conmovido con las letras del Islam es Eric Schrody, más conocido en el círculo como Everlast.

Aunque Everlast comenzó su carrera como un artista de rap, se ha mostrado recientemente con una mayor profundidad y diversidad. Su reciente álbum, Whitey Ford Sings the Blues (que se encuentra actualmente en el #49 del ranking de los charts de billboard después de haber llegado al #9) demuestra en un tono reflexivo y de algún modo filosófico pequeñas influencias que el Islam tuvo en su vida.

Lo siguiente es una entrevista donde Everlast  habla de su camino hacia el Islam y los desafíos que enfrenta como un nuevo musulmán.

AB: ¿Cuéntame acerca de la primera vez que escuchaste hablar del Islam?

E: Fue probablemente en los 80. Pasaba el tiempo con Divine Styler (un artista de rap popular en Los Ángeles).  El se encontraba básicamente en el final de su periodo 5% (refiriéndose a la secta pseudo-islámica “Nation of Gods and Earths”).  Estaba comenzando a ingresar al Islam. Vivía con la familia Bashir. Abdullah Bashir era algo así como su maestro; y terminó siendo el mío luego. Como se encontraba realizando la transición del 5% al Islam, yo presenciaba sus enseñanzas.

Trato de pensar en la primera vez que lo reconocí como el Islam. Creo que fue cuando alguno de los amigos Divine dio su Shahadah (la profesión musulmana de fe) y yo estaba allí. Lo escuché decir: “Soy testigo de que no existe otro Dios  más que Dios, y que Muhammad es su servidor y mensajero”. Y recuerdo que yo pensaba, “¿Qué es esto? Yo soy blanco. ¿Puedo estar acá?” Era totalmente ignorante, ¿sabes? ‘Porque aquí en Norte América, el Islam es considerado algo de los ‘Negros’”. Y fue en ese momento cuando alguien me señaló y dijo: “No tienes idea de la cantidad de musulmanes blancos que hay en el mundo”. Yo me quedé sorprendido: ‘¿Realmente?’, y alguien me lo explicó. Yo dije: “Es increíble. No tenía idea”.

AB: ¿Sientes alguna presión extra por ser un musulmán blanco en Norte América?

E: Yo no pienso en eso en una gran escala. Para mí, el Islam es mío. Allah es el Dios de todos los mundos, y de toda la humanidad y de todo el universo. El Islam es mi relación personal con Dios. Por lo tanto, nadie puede presionarme más de lo que yo pueda presionarme a mi mismo. Pero con respecto a la mezquita donde rezo, nunca me sentí más a gusto. Y no solo en la mía. En las pocas mezquitas donde  he rezado en el país, nunca me sentí incomodo. Como en Nueva York, la mezquita es grande y hay tanta gente que nadie se detiene a mirarte. Había chinos, coreanos, españoles – de todo, lo que fue bueno para mi porque en mi mezquita soy el único hombre blanco, aunque si hay algunas mujeres blancas.

Creo que al principio, lo pensé mas que nadie las primeras veces que fui para Yummua (la oración congregacional de los viernes). La primera vez que fui para Yummua, me llevó un amigo mío en Nueva York. Fue en Brooklyn en Bed-Stuy (Bedford Stuyvestant). Estaba nervioso por el barrio, no por la mezquita. Pero me sentí tan cómodo cuando entré. Yo pensaba: “esto es grandioso”. No me sentí diferente a nadie de la mezquita.

AB: ¿Cómo tomó tu familia el hecho de tu transformación al Islam? Porque fuiste criado como católico, ¿no es cierto?

E: Bien, mi madre no tiene prejuicios, es muy progresista. Mi madre vive conmigo. Me crié toda mi vida no con una creencia en Dios sino con el conocimiento de su existencia. Me enseñaron que si sabía algo del mundo, debería saber de la existencia de Dios. Y mi madre, aunque era católica, fue la primera en mostrarme la hipocresía de la iglesia. Mi madre no iba a la iglesia hacia mucho tiempo. Pero con respecto a mi, ella está feliz de que Dios esté conmigo.

Me ve rezar. Y Divine es una de sus personas favoritas en el mundo. Sabe cuan diferentes estamos que la primera vez que nos conocimos en nuestra infancia. Cuando nos conocimos con Divine éramos salvajes. Salíamos de fiesta, peleas, hacíamos lo que tuviésemos que hacer. Pensábamos: ‘Si, esto es ser un hombre. Somos matones’.

Pero ella ve nuestro cambio; y cuanta paz he tenido desde que comencé realmente a lograr algo con esto. Precisamente, hace unos días tuve una larga charla con mi madre y hablamos de la religión. En realidad, hablábamos de la vida y la muerte, y del futuro, y de cuando ella podría morir. Eso no pasará en mucho tiempo, inshallah (Dios mediante).  Pero le pedí un favor. Le dije, “Madre, cuando mueras posiblemente hayan unos ángeles que te pregunten, y quiero que les respondas; y no estoy seguro de cómo es, ‘porque todavía no he muerto. Recuerda que hay un solo Dios, y nunca ha sido hombre’.

Ella dijo: ‘Se lo que estas tratando de decirme’. Y yo dije: “Jesús, no fue Dios, Ma.”

Algo de lo que se definitivamente se ve en mi madre. No es musulmana, pero sabe que existe un solo Dios. Y eso me hace muy feliz. Se de personas que se han vuelto musulmanas y sus familias los han rechazado.

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AB: Mi familia intentó. No puedo entenderlo. ¿Pero sabes qué? Esa es una prueba. Aunque he cambiado mi nombre hace 8 años ya, todavía me llaman por mi nombre anterior. Y entonces dicen: ‘Oh me he olvidado de que eres musulmán’, y comienzan a hacer bromas. Nunca termina.

E: es una de esas cosas donde las personas  ríen de lo que no comprenden. O temen lo que no pueden alcanzar. Pero nadie puede pretender no entenderlo. Porque nunca he visto algo tan simple en mi vida.

Como cuando recuerdo que me senté y pregunte, ‘Entonces en que cree un musulmán’, y me hicieron una lista. Entonces pregunte: “No hacen una separación entre los cristianos y los judíos”. Ellos dijeron: “No, es todo lo mismo”.

Si al leer finalmente en el Corán, la Biblia y la Tora, que es casi lo mismo que el Antiguo Testamento, se encuentra con que el Corán es solo la afirmación de lo correcto y es lo correcto dentro de estos libros (la Biblia y la Tora). Y luego te dices a ti mismo: “¿Cómo sucedió esto cuando son todos de diferentes partes del mundo?” Pero todos confirman la historia del otro.

En estos momentos estoy leyendo un libro llamado Muhammad: la vida del Profeta. Por Karen Armstrong. Fue escrito por una no-musulmana. Hasta ahora, solo estoy a un cuarto de camino; pero comienza contando como originariamente intentaron hacer que Muhammad parezca el ser más diabólico de la tierra; que estableció el Islam bajo el poder de su espada. Pero luego comprendes que Muhammad solo peleó cuando debió hacerlo. Muhammad solo luchó para defender el Islam. Es un libro muy bueno acerca del hombre. Te deja saber que este personaje era un hombre. Solo tratamos de decirte que fue nada más que un hombre.  Como musulmanes decimos que él fue el mejor ejemplo de un hombre sobre la tierra, hasta ahora. Y por lo que he leído es el último de este tipo.

Cuando llegas más allá del miedo a Farrakhan y a lo que dice – y lo digo como persona blanca – cuando llegas mas allá de la ignorancia de creer que el Islam esta relacionado solo con personas que vuelan cosas, eso no tiene nada que ver con el Islam. Lo podrán hacer en el nombre del Islam. Pero no tiene nada que ver con el Islam. No se puede discutir con eso.

Cuando hablo de Jesús con un cristiano, no puede discutir conmigo. Y no hablo de discutir, diciendo: ‘¡Jesús no es Dios!’ es decir, ¿Qué sentido tiene si es un hombre? Si yo fuese cristiano, lo que para mi significa ser como Cristo, y Dios me preguntase, “¿Cómo es que no te pareces mas a Jesús?” yo diría: ¡No soy mas parecido a Jesús porque él se proclamó mitad Dios (y) yo soy solo un hombre!” eso no tiene sentido.

Dios no quiere que las cosas nos sean difíciles. Dios quiere que las cosas nos sean lo mas fáciles posible. Si pides y eres sincero. Dios te responderá. Puede poner algunas piedras en tu camino, para que en tu camino tambalees. Pero el responderá.

AB: háblame de la primera y segunda vez que profesaste la Shahadah (profesión de fe).

E: Bien, la primera vez, fue después de haber escuchado una grabación de Warith Deen Muhammad (hijo del fundador de la Nación del Islam, Elijah Muhammad, que tomó la mayor parte de La Nación del Islam establecida en el Islam). Eso rompió de alguna manera el asunto de Jesús. Explicó que nosotros (los musulmanes) les hacemos un gran favor a los cristianos al tratar a Jesús como un hombre. ¿Por qué Dios crearía a un hombre mitad Dios y lo compararía con nosotros? Eso me hizo pensar. Entonces profesé la Shahadah. 

Fue casi como un cristiano que dice que acepta a Jesús. Luego dicen: “No importa lo que haga, estoy salvado”. “Porque fui criado con ese tipo de mentalidad.” Como: “OK, yo acepto la verdad, por lo tanto déjenme salir y pecar todo lo que quiera ya que estoy salvado”.

En ese momento no afirmaba ser un musulmán. Yo elegí lo que quería creer. Dios me dio libertad de acción por un breve periodo. Pero eventualmente era momento de decidirse. Estaba llegando a un punto en donde me sentía emocional y espiritualmente insatisfecho. Tenía dinero en el banco y un auto de $100.000, mujeres por doquier – todo lo que crees que deseas. Y luego pensaba: “¿Por qué soy infeliz?” Finalmente esa voz que te habla – no el suspiro (de Satanás) – la voz decía: “bien, básicamente eres infeliz porque tu vida es pésima y no haces nada para cambiarla”.

Yo en ese momento no me permitía hablarlo. Estás en un estado mental donde piensas: “Puedo descifrar esto solo”.

Finalmente fui lo suficientemente humilde como para hablar con Divine y Abdullah acerca del tema. Ellos me preguntaron: “¿Cómo te sientes? ¿Qué crees que es?” finalmente me encontré allí profesando la Shahadah nuevamente. Desde ese momento me he comprometido y he tratado de hacer lo mejor. Pondré lo mejor de mí para realizar mis oraciones, empecemos por allí. No nos maltratemos porque hemos salido la noche anterior y hemos bebido. Hagamos nuestras oraciones y recemos pidiendo fuerzas para detener una cosa a la vez. En eso me estoy concentrando en este momento.

Sabes, una vez que sobrepasas las cosas mayores, se convierte en algo sutil. Puede ser algo tan imperceptible como mirar a un hombre, y no hablar mal de él, sino murmurar en tu mente. Las cosas mas fáciles de vencer – bueno,  no debería decir las mas fáciles – las mas grandes son las mas difíciles de notar. Es la cosa sutil psicológica que te ayuda a ver quien eres realmente. Tienes que poder enfrentar la verdad de quien eres. Si no eres capaz, te desmoronarás.

La gente me cuestiona y dice: “¿Eres musulmán?” y yo pienso: “Si soy musulmán, pero también soy un pecador profesional”. Estoy intentando superarlo, retirarme. No diré que soy mejor que tu. Solo creo que me han mostrado la verdad y deseo salvarme”.

Adisa Banjoko es una escritora freelance del área de la Bahía de San Francisco.