Fue en 1989 cuando, junto con mi hermana, estábamos de gira por algunos países del Medio Oriente. Durante nuestra estadía en Bahrein, nos dieron una cálida bienvenida. Allí conocí a unos niños y tuvimos una pequeña charla. Les hice algunas preguntas y ellos me bombardearon con sus inocentes inquietudes. Durante la conversación, me preguntaron cuál era mi religión. Les dije: “Soy cristiano”. Cuando les pregunté cuál era su religión, se apoderó de ellos una ola de serenidad. Respondieron al unísono: Islam. Su entusiasta respuesta me sacudió desde dentro. Luego comenzaron a hablarme acerca del Islam. Me daban información, acorde con su edad. El tono de voz que utilizaban revelaba lo orgulloso que estaban de ser musulmanes. Así comencé a acercarme al Islam.
Esta breve conversación con un grupo de niños me llevó luego a tener largas discusiones sobre el Islam con estudiosos musulmanes. Una gran ola sacudía mis pensamientos. Intentaba infructuosamente consolarme diciendo que no había pasado nada, pero no podía seguir ocultando el hecho de que en el corazón me había convertido al Islam. Así, se lo revelé primero a mi amigo personal, Qunber Ali. El mismo Qunber Ali me llevó a Riyadh, capital de Arabia Saudita. Hasta ese entonces, no conocía mucho del Islam. De allí, en compañía de una familia saudita, proseguí hacia La Meca para realizar la “Umrah” [un tipo de peregrinación menor que se realiza en La Meca]. Allí hice pública por primera vez mi afirmación de que me había convertido en musulmán.
Al adoptar el Islam, sentí que nacía de nuevo. En el Islam encontré las respuestas a aquellas preguntas que no había podido dilucidar en el Cristianismo. En particular, fue el Islam quien me dio una respuesta satisfactoria a la pregunta relacionada con el nacimiento de Jesús. Por primera vez estaba convencido con la religión en sí. Espero que mis familiares puedan apreciar estos hechos. Mi familia es seguidora del culto del Cristianismo conocido como Testigos de Jehová. Según su creencia, sólo 144.000 hombres podrán entrar al Paraíso. ¿Cómo es eso posible? Siempre fue un credo muy desconcertante para mí. Me sorprendía saber que la Biblia había sido compilada por tantos hombres, especialmente la versión de la Biblia del Rey Jaime/King James. Durante mi estadía en Arabia Saudita, tuve la oportunidad de comprar una cinta de una conferencia dada por el otrora cantante pop británico, y actual predicador musulmán, Yusuf Islam (conocido como Cat Stevens). También aprendí mucho con esa cinta.
Cuando regresé a Estados Unidos, los medios estadounidenses orquestaron una horrible campaña de desprestigio contra el Islam y los musulmanes. Dejaron correr rumores sobre mí, los cuales realmente me afectaron. Hollywood estaba totalmente ensañado contra los musulmanes. Se los describía como terroristas. Hay muchas cosas en las que el Islam y el Cristianismo coinciden, y el Corán presenta a Cristo como un virtuoso Profeta. Me preguntaba yo entonces, ¿por qué los cristianos de Estados Unidos dicen esas cosas injustificadas contra los musulmanes?
Eso me entristeció. Me propuse hacer mi mejor esfuerzo para disipar la mala imagen de los musulmanes, proyectada por los medios estadounidenses. No tenía la menor idea de que los medios de este país harían semejante barullo por mi aceptación del Islam. Prácticamente, los medios iban en contra de la tan proclamada libertad de expresión y libertad de conciencia. Entonces, la hipocresía de la sociedad estadounidense salió a la luz; la cual, hasta ese entonces, me era desconocida. El Islam desató muchas complicaciones para mi persona.
Comencé a pensar en mí como un ser humano completo, en el sentido literal de la palabra. Luego de convertirme al Islam, sentí un tremendo cambio en mí. Dejé de lado todo lo prohibido en el Islam. Esto también complicó las cosas con mi familia. En pocas palabras, la familia Jackson se vio afectada. Comenzaron a llegar cartas de amenaza en cantidades, las cuales aumentaron la preocupación de mi familia.
Bueno, me decían que yo había alimentado la animosidad de la sociedad y la cultura estadounidense al ingresar al Islam, que me había privado a mí mismo del derecho de vivir con los demás. Me decían que me harían la vida imposible en Estados Unidos de ahí en adelante. Pero confieso que mi familia tiene la mente abierta. Siempre apreciamos todas las religiones. Nuestros padres nos han formado y criado de esa forma. Por lo tanto, puedo decir que la familia Jackson goza de una buena relación con personas de casi todas las religiones. Ese es el resultado de esa formación, el ser tolerado por ellos hasta el día de hoy.
Al volver a Estados Unidos, traje una cantidad de libros de Arabia Saudita. Michael me pidió algunos de esos libros para estudiar. Antes de eso, su opinión estaba muy influenciada por la propaganda de los medios contra el Islam y los musulmanes. No era hostil contra el Islam, pero tampoco tenía una disposición favorable para con los musulmanes. Pero después de leer esos libros, se ocupaba de que mamá y papá no dijeran nada contra los musulmanes. Creo que a lo mejor ese es el impacto del estudio del Islam que él hizo, ya que comenzó a hacer negocios con musulmanes. Ahora, tiene acciones por partes iguales con el multimillonario saudí, el príncipe Walid bin Talal, en su compañía multinacional.
Doy fe de que, al menos en mi conocimiento, Michael Jackson jamás ha dicho nada despectivo contra los musulmanes. Sus canciones dan un mensaje de amor al prójimo. Nuestros padres siempre nos han enseñado a amar a los demás. Sólo quienes tienen algún tipo de resentimiento son quienes lo difaman. Si pudo haber una ola de acusaciones desagradables contra mí al volverme musulmán, por qué no puede pasar lo mismo contra Michael Jackson. Pero, hasta el momento, los medios no lo han sometido a críticas muy duras, aunque se ve amenazado por su acercamiento al Islam. Pero quién sabe cómo sería todo si Michael Jackson adoptara el Islam.
Cuando volví a Estados Unidos, mi madre ya se había enterado de mi conversión al Islam. Mi madre es una mujer religiosa y muy educada. Cuando llegué a casa, me hizo una sola pregunta: “¿Has tomado esta decisión de repente o es el resultado de haberlo pensado larga y profundamente?”. Le respondí: “lo he decidido después de pensar mucho sobre el tema”. Y déjeme decirle que somos conocidos como una familia religiosa. Todo lo que poseemos es gracias a las bendiciones de Dios. ¿Por qué entonces no habríamos de ser agradecidos con Él? Es por eso que participamos activamente en las instituciones de caridad. Enviamos medicamentos a los países pobres de África mediante un avión especial. Durante la guerra de Bosnia, nuestro avión colaboró ayudando a las personas afectadas. Somos sensibles a esas cosas porque hemos sido testigos de la pobreza extrema. Vivíamos en una casa de apenas unos cuantos metros cuadrados.
Al igual que con otros miembros de mi familia, mi repentina conversión al Islam fue una gran sorpresa para ella. Al comienzo, se preocupó. Lo único que pensaba era que los musulmanes son polígamos, y de hecho pueden tener hasta cuatro esposas. Cuando le expliqué este permiso otorgado por el Islam en referencia al estado de la sociedad estadounidense actual, quedó satisfecha. Es un hecho que la promiscuidad y la infidelidad son muy comunes en la sociedad occidental. A pesar de estar casados, los hombres occidentales tienen relaciones extramatrimoniales. Esto ha provocado un daño moral devastador en esa sociedad. El Islam protege la estructura social de esta destrucción.
Según las enseñanzas islámicas, si un hombre se ve atraído emocionalmente por una mujer, debe respetar esa relación y darle forma legal, de lo contrario debe contentarse con sólo una esposa. Por otro lado, el Islam establece tantas condiciones para el segundo matrimonio, que no creo que un musulmán común y corriente pueda cumplirlas. Apenas el uno por ciento de los musulmanes del mundo islámico tiene más de una esposa. En mi opinión, las mujeres de una sociedad islámica son como una flor bien protegida que está segura de las miradas lascivas. Mientras que, por el otro lado, la sociedad occidental carece de la visión necesaria para apreciar esta sabiduría y filosofía.
Para el interés mayor de la humanidad, la sociedad islámica presenta el lugar más seguro en este planeta. Veamos el ejemplo de las mujeres. Las mujeres estadounidenses se visten de tal manera que tientan a los hombres incitándolos al acoso. Pero esto es algo impensable en una sociedad islámica. Además, los pecados y vicios prevalecientes han desfigurado la estructura moral de la sociedad occidental. Creo que si queda un sitio donde aún se pueda ver la humanidad de las personas, no puede ser otro que en una sociedad islámica. Ya llegará el momento en que el mundo acepte esta realidad.
Los medios en mi país sufren de contradicciones propias. Tomen el ejemplo de Hollywood. El estatus de un artista aquí se mide según el modelo de coche que conduce, el tipo de restaurante donde come, etc. Son los medios los que elevan el ego de las personas. No consideran al artista como un ser humano. Pero conocí tantos artistas en el Medio Oriente. Ninguno de ellos tenía esa arrogancia desubicada.
Basta con ver la CNN, exageran tanto algunas noticias que parece que nada más hubiera sucedido en el mundo. La noticia de los incendios forestales en la Florida recibió una cobertura tan amplia, que daba la impresión de que todo el mundo se estuviese incendiando. Pero en realidad no fue más que una pequeña zona afectada por los incendios.
Estuve en África cuando explotó la bomba en Oklahoma. Los medios, sin ninguna prueba, comenzaron a dar indicios de la participación de musulmanes en ese atentado. Luego resultó ser que el perpetrador fue un cristiano. Esta actitud de los medios estadounidenses no puede catalogarse de otra forma que tendenciosa e ignorante.
¿Por qué no? Este vínculo se puede mantener para lograr cosas buenas.
Muhammad Ali es un amigo de la familia. Lo vi muchas veces, después de convertirme al Islam. Él nos ha brindado una orientación muy útil sobre el Islam.
Sí, desde luego. Es una mezquita muy bella. Estoy interesado en construir una mezquita similar en la zona de Falise porque no hay mezquitas en ese lugar, y la comunidad musulmana local no tiene los recursos necesarios para comprar un terreno en una zona tan cotizada. Dios mediante, tengo pensado hacerlo.
Sin duda alguna, ha financiado generosamente proyectos para mezquitas. Pero los medios de comunicación estadounidenses difunden noticias algo extrañas sobre Arabia Saudita. La primera vez que visité Arabia Saudita, tenía la impresión de que sería un lugar con casas de adobe y sistemas de comunicación bastante malos. Pero al llegar allí, para mi sorpresa, descubrí que era el país más bello del mundo.
Muchas personas me han impresionado. Pero el hecho es que primero acudo al Sagrado Corán, así no corro el riesgo de perderme en el camino. Sin embargo, hay muchos estudiosos islámicos de quien debe uno estar orgulloso. Dios mediante, tengo pensado ir con mi familia a Arabia Saudita para realizar la ‘Umrah.
Tengo siete hijos y dos hijas que, como yo, tienen una orientación islámica plena. Mi esposa aún está estudiando el Islam. Ella insiste en ir a Arabia Saudita. Confío Insha Allah (Dios mediante), que se sumará al Islam antes de lo pensado. Que Dios Todopoderoso nos dé el valor y la perseverancia para mantenernos fieles a la verdadera religión, el Islam. Amén.
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